Cementerio de Amasa (Amasa-Villabona, Gipuzkoa)

De conformidad a la información facilitada por el miembro de Aranzadi Karlos Almorza constaba que en el panteón de la familia Zapirain del cementerio de Amasa fueron reinhumados los restos de varias personas que habían sido asesinadas por los franquistas en la represión ejercida en la localidad de Tolosa en octubre de 1936. Los restos fueron traídos a este panteón en una fecha sin precisar con el consentimiento de la familia propietaria del mismo. Con posterioridad, el panteón ha sido utilizado para necesidades propias de otros enterramientos de la familia.

Se cree que los restos pertenecerían a Agustín Garmendia Urkola, Joxe Garmendia Iraola, Cruz Iribarren Ezkioga y otra persona de la que se desconoce el nombre y que parece que era de origen madrileño.

La intervención en el panteón se llevó a cabo con la autorización de la familia Zapirain y con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Amasa-Villabona que estuvo representado, entre otros, por Dña. Nora Urbizu (concejal de Cultura y Euskera, responsable de memoria histórica) y la coordinación de Aritza Kultur Elkartea del municipio.

Previo al inicio de la exhumación se grabó una entrevista a Dña. Mª Pilar Iribarren, familiar de Cruz Iribarren, quien expuso la información que se conocía en la familia sobre la detención, traslado y asesinato de cuatro vecinos de Villabona en Tolosa el 1 de octubre de 1936.  

El panteón se encontraba en el pasillo del fondo del cementerio y a la derecha. Está construido en profundidad con tres bandejas laterales a cada lado en su interior, además de un espacio central en la pared de fondo en forma de nicho que tenía abundantes restos óseos procedentes de reducciones. Ese nicho tiene una configuración vertical con una profundidad de 80 cm.

Se extrajeron todos los restos óseos de este nicho, que presentaban un color negruzco característico de haber permanecido inundados por agua de infiltración.

Se realizó un inventario de los restos extraídos que correspondían a huesos largos de extremidades superiores e inferiores, coxales, huesos del tarso, cráneos de ocho personas y maxilares, de un número mínimo de trece. De ellos se determinó que seis correspondían a individuos masculinos.

Con el objetivo de efectuar análisis posteriores se seleccionan aquellos fragmentos craneales que presentaban lesiones traumáticas que se apreciaron como fracturas en el cráneo. En concreto, se observaron fracturas en tres peñascos mastoides que se habrían podido producir por impacto de alta energía como corresponde a las lesiones por arma de fuego. En tal sentido los disparos se produjeron afectando al territorio cefálico en la base del cráneo.

De esta manera se pudo comprobar que algunos de los restos conservados en el panteón de la familia Zapirain en el cementerio de Amasa procedían de la fosa exhumada en el cementerio de Tolosa de las víctimas: Agustín Garmendia Urkola, Joxe Garmendia Iraola y Cruz Iribarren Ezkioga. El asesinato de estas personas está asimismo confirmado en la documentación que obra en los archivos de Tolosa y Villabona.

Los restos fueron entregados en un acto de homenaje en el Ayuntamiento de Amasa-Villabona el 29 de marzo de 2014, en el que estuvieron presentes el Diputado General de Gipuzkoa, Martín Garitano, el alcalde y varios miembros de la corporación municipal de  Amasa-Villabona, además de los familiares de las víctimas arriba mencionadas. Los restos fueron reinhumados en el panteón de la familia Zapirain del cementerio de Amasa.