Fosa de Berriosuso (Berriosuso, Navarra)

El Fuerte de San Cristóbal fue construido como fortaleza militar, y a finales del año 1934 fue convertido en prisión militar, funcionando como tal hasta 1945.

El hacinamiento y las precarias condiciones de vida en la prisión por hambre, frío, insalubridad, falta de higiene y desatención provocaron un alto índice de mortalidad entre los presos. Las autoridades militares determinaron enterrar a los presos fallecidos en las localidades que componían la antigua Cendea de Ansoain, donde se situaba la prisión. Localidades como Añezcar, Ballariain, Berriosuso, Berriozar, Larragueta u Oteiza. El importante número de fallecimientos y de entierros en los cementerios de reducidas dimensiones provocó la queja de la Cendea y las autoridades militares se vieron obligados a construir un cementerio propio en la ladera norte del monte Ezkaba para ese fin en 1942. Sin embargo, una media de 14 presos fue inhumada en cada una de las anteriores localidades en el periodo de 1936 a abril de 1942.

Se trataba de localizar los enterramientos de las personas que estando presas en la Prisión de San Cristóbal habían fallecido y habían sido enterradas en el cementerio de Berriosuso, como también lo habían hecho en otras localidades del entorno del monte Ezkaba donde se encuentra la prisión, como Añezcar u Oteiza donde asimismo se hallaron otros enterramientos.

Las labores de prospección se llevaron a cabo en la parte exterior del cementerio de Berriosuso. Así se localizó un solo enteramiento en el ángulo sureste del perímetro cementerial, a 5,10 m de mismo. A una profundidad de 55 cm se halló una inhumación en ataúd de madera de pino con un individuo en posición decúbito supino.

Se estimó que se trataba de un varón de edad adulta madura-senil, superior a los 50 años. Sin embargo, el aspecto más destacado consistía en que presentaba la amputación del brazo izquierdo a la altura de la zona media de la diáfisis del húmero.

“El hecho de encontrar los restos de un individuo al que le faltaba el brazo izquierdo permitió orientar su identificación gracias al hallazgo que realizó el miembro de Aranzadi Jimi Jiménez en el Expediente Penitenciario de uno de los presos fallecidos en Ezkaba antes de 1942, que exponía en una observación en el lateral "Le falta el brazo izquierdo". La coincidencia de este aspecto referido a Indalecio López Urigüen encauzó la búsqueda de posibles familiares. La prueba genética corroboró dicha propuesta de identificación.

Los restos fueron entregados a los familiares en la sede de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en un acto privado.