Fosa de Lizarrusti (Etxarri-Aranatz, Navarra)

UBICACIÓN Lizarrusti (Etxarri-Aranatz, Navarra)
VÍCTIMAS 1
Nº VÍCTIMAS IDENTIFICADAS 1
FECHA DE EXHUMACIÓN 1 y 2 de septiembre de 2018

Marcelo Lasa Zeberio (1919 Olaberria, Gipuzkoa – 1936 Etxarri-Aranatz, Navarra) fue fusilado el 25 de agosto de 1936, a la edad de 17 años, en el alto de Lizarrusti, en el límite entre Gipuzkoa y Navarra. El testimonio de un testigo permitió recuperar sus restos en septiembre de 2018 y entregarlos a su familia.

En la foto, Marcelo Lasa Zeberio, en el centro, vestido con ropa clara, con su familia.

Existía información histórica y documental de que el vecino de Olaberria, Marcelo Lasa Zeberio, fue fusilado el 25 de agosto de 1936, a la edad de 17 años, en el alto de Lizarrusti, en el límite entre Gipuzkoa y Navarra. De hecho, varios vecinos de la Venta Isabel de Lizarrusti habían comunicado a la familia el lugar donde fue asesinado.

El testimonio más importante lo ofreció Patxi Lacunza, que fue testigo de los hechos cuanto tenía la edad de seis años, en agosto de 1936. Vio como enterraban el cadáver de la persona, que habían asesinado el día anterior, y recordaba vestía alpargatas blancas.

En compañía de los sobrinos de Marcelo Lasa se visitó el lugar en febrero del año 2016. En una segunda visita con Patxi Lacunza, este indicó como punto de referencia el kilómetro 47 de la carretera y que la fosa se encontraba siguiendo un camino en el robledal.

El equipo de Euskal Prospekzio Taldea realizó una búsqueda mediante detección en octubre de 2017 con el objetivo de localizar munición. Así se determinó un área concreta donde efectuar los trabajos de sondeo, que permitió situar el enterramiento.

La exhumación se llevó a cabo los días 1 y 2 de septiembre de 2018 con la presencia de familiares y contando con un equipo multidisciplinar especializado. Estuvieron presentes las autoridades: Ana Ollo, consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno de Navarra; Josemi Gastón, director Instituto de Memoria Histórica de Navarra, y Eneka Maiz, alcaldesa del Ayuntamiento de Etxarri-Aranatz, así como representantes de asociaciones de Memoria Histórica de Navarra y vecinos del lugar.

A la altura de un haya antigua de tronco de 3 m de perímetro, se comenzó la prospección con medios mecánicos, pues en esa área se había descubierto munición. A 3,60 m desde el tronco se localizó la fosa. Los restos se encontraron a una profundidad de 50 cm. La fosa medía 1,90 m de longitud por 0,50 m de ancho. En su interior se disponía un esqueleto en posición decúbito supino rodeado de un sedimento arcilloso. Los huesos presentaban un deterioro tafonómico por la corrosión de la humedad y de las raíces de la cubierta vegetal. Se interpretaron in situ el cráneo, el húmero derecho, ambos fémures, tibias y huesos de los pies. Los demás huesos se hallaban degradados.

Aunque el estado de los restos era deficiente, fue posible observar la línea de fusión de la epífisis distal del fémur izquierdo, lo que permitía estimar que correspondían a un individuo subadulto juvenil, de edad entre los 17 y 19 años.

Como objetos asociados se recuperaron una cuchara, una hebilla rectangular, tres botones de nácar de la camisa, una moneda de 5 céntimos, tres balas y vainas de fusil Máuser y un proyectil esférico de plomo.

Existía, por lo tanto, concordancia entre la edad estimada de la persona enterrada de manera clandestina y los datos aportados por la familia y el testigo directo.

Se trataba de confirmar la hipótesis respaldada por los testimonios y los documentos de que se tratara de Marcelo Lasa Zeberio. Se realizaron los análisis genéticos comparativos entre una muestra ósea y una muestra indubitada de un familiar directo. El resultado fue positivo.

El 30 de junio de 2019, en la sala de plenos del Ayuntamiento de Olaberria, autoridades del Gobierno Vasco y del Gobierno de Navarra hicieron entrega de los restos a los familiares. Estuvieron presentes, Jonan Fernández, secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno Vasco; Álvaro Baraibar, director General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno de Navarra; Aintzane Ezenarro, directora del Instituto de la Memoria Gogora, y Jokin Garmendia, alcalde de Olaberria, acompañados de familiares y vecinos que quisieron participar.