Fosa Antzuategi 1 (Elgeta, Gipuzkoa)

Desde principios de octubre de 1936 hasta finales de abril de 1937, la línea de frente quedó consolidada en una franja que separaba la zona desde Ondarroa hasta Gatzaga, pasando por Bergara, Arrasate / Mondragón, Aretxabaleta y Eskoriatza que estaba controlada por los franquistas y desde Kalamendi, Eibar, Elgeta, Udala hasta Aramaiona, bajo dominio republicano.

Los combates se reanudaron a finales el 20 de abril de 1937 desde Bergara y Arrasate / Mondragón con el ataque de la IV Brigada de Navarra y una potente artillería, además del apoyo intenso de bombardeos continuos de la aviación franquista y alemana sobre el macizo de los Intxortas. Asimismo, se produjo un ataque simultáneo desde Otxandio hacia la parte posterior del macizo, en una táctica envolvente.

Tras varios días de duro enfrentamiento y numerosas bajas, el 24 de abril de 1937, las tropas sublevadas entraron en Elgeta. Los actos de represión provocaron el asesinato de, al menos, diez personas.

En el caserío Antzuategi Bastarrekoa, soldados del ejército sublevado detuvieron a seis combatientes del ejército republicano. Como acto de represalia asesinaron a los seis milicianos y al propietario del caserío, José Vicente Garai Arenaza. El cadáver de este último fue recuperado por su familia y trasladado al cementerio. Los otros seis cuerpos fueron enterrados en la proximidad de la casa, en dos depresiones en el terreno provocadas por el impacto de obuses.

En la entrevista realizada a Víctor Garai, vecino del caserío, confirmó con su testimonio que el 24 de abril de 1937, sábado, cuando llegaron al caserío Antzuategi estaban escondidos en la casa, protegiéndose de los intensos bombardeos, su padre José Vicente Garai y seis gudaris. Todos ellos fueron asesinados y seis de ellos enterrados en el "agujero de una bomba que había detrás de su caserío".

Se trataba, en realidad, de dos fosas con tres individuos en cada una de ellas inhumadas en dos cráteres dejados por los impactos de las bombas.

La exhumación de los dos emplazamientos indicados por el informante tuvo lugar entre los días 16  a 22 de junio. No existía ninguna manifestación externa en el terreno, pues se trataba de una zona de prado en pendiente situada en la parte posterior del caserío.

La primera fosa se encontraba a escasos metros de la edificación. En un hueco entre los estratos naturales se expusieron los esqueletos de tres individuos, dos de ellos estaban colocados en posición decúbito supino, mientras que el que se hallaba sobre el suelo natural estaba en decúbito prono. Corresponderían a dos varones de edad adulta joven y de edad adulta madura.

Como quiera que fueron inhumados tras su asesinato presentaban  un gran número de elementos asociados que conservaban en su indumentaria y que caracterizan los  objetos de combatientes. Así, el Individuo 1 poseía una cuchara y un tenedor; el Individuo 2 tenía un mechero de gasolina, una llave de tubo, un lapicero y un anillo de oro y una piedra de granate engarzada. Junto al Individuo 3 se hallaron los botones de un gabán, un mechero de mecha, un reloj de pulsera de oro y una placa de identificación inusual.

Esta última consistía en una chapa remachada en una correa de cuero, pero lo que destaca es que se trataba de una moneda de 2 pesetas del Gobierno de Euzkadi, en cuyo reverso el titular había grabado su número de gudari: 71513.

A partir del número de la placa de identificación se ha podido conocer su identidad, consultando la relación de nóminas del Ejército Vasco. Correspondería a Jesús Zuazua Mondragón, vecino de Arrasate / Mondragón.

En el caso de los otros dos individuos no existen datos que permitan identificarles.

Los restos de Jesús Zuazua Mondragón y los de los dos individuos sin identificar de esta fosa fueron depositados en el Columbario de la Dignidad de Elgoibar el 30 de enero de 2017, en un acto institucional organizado por el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora, y presidido por el Lehendakari, Iñigo Urkullu.